lunes, 3 de enero de 2011

Equivocada


Por Grace
 
Pensé que por fin había encontrado mi alma gemela.
Por unos segundos lo sentí, los viví, no sé si lo deseé tanto
que confundí mis sueños con la realidad.
 
Aquel cuento de hadas que parecía ser el indicado, el perfecto para mí,
de repente se me fue entre las manos.
 
Los besos fueron intensos, exquisitos,
las caricias divinas y me elevaron al cielo,
la entrega fue única al menos de mi parte,
yo nunca vi en tus ojos lo que anhelé
y aún así me entregue sin condiciones.
 
Cuando tuve la necesidad de sentir tu amor a plenitud,
no estabas para mí.
La situación lo ameritaba, te busqué, te añoré, debías estar conmigo y me dejaste sola.
 
Siempre dudaste de mi cariño mientras yo justificaba tu ausencia,
que equivocada, no te entregaste, dejaste que yo te amara y me diste sólo migajas
con las que me conformé pensando que ibas a cambiar cuando superaras tu miedo.
No era miedo, es ego.
 
No me arrepiento de nada, porque lo que se hace con amor está bien hecho;
sólo me quedé con el deseo de que vos me amaras, sin embargo no sucedió.
 
Hoy sólo quiero guardar lo bellos momentos y los que no fui feliz borrarlos de mi mente.
Gracias por todo, pero supongo que demando demasiado y vos no te entregas,
das muy poco y yo merezco mucho más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario